Espacios de trabajo, zonas de trabajo, escritorios, despachos… Le des el nombre que le des, lo cierto es que tu rincón de trabajo es sagrado.
Y no hay que ser un genio para saber que esos escritorios abarrotados de papeles no te dejan trabajar en las mejores condiciones.
Hoy te traemos una colección de ideas para que te inspires y consigas ese rincón especial que necesitas para sacar todos tus proyectos adelante.
Deja que las ideas fluyan y que tu mente se active con estos espacios de trabajo llenos de luz, con los objetos indispensables y adornados en su justa medida, ni demasiado, ni demasiado poco.
Una buena mesa rústica siempre combina estupendamente con aparatos tecnológicos como portátiles. Una mezcla sencilla de lo nuevo y lo viejo que siempre funciona.
Grandes cuadros, mesas y sillas de un estilo vintage… un toque de color de una planta natural en una esquina, y una gran pantalla. Si así no te concentras para trabajar, no sé cómo lo harás.
¿Un espacio de trabajo con todo reciclado? Pues sí, es posible. Y aún así queda estupendo. Mira esas texturas de madera envejecida, esas cestas de rafia, esa lámpara de fibras, cuadros de flores secas y una tunera que pasaba por allí,
No necesitas más. Y lo sabes. No pierdas detalle de la gran planta a la izquierda y del pequeño jarrón casual a la derecha. Dos toques de verdes en un mar de tonos cálidos crean una sensación de serenidad inigualable.
Las plantas también son protagonistas en este espacio de blancos rotos. Una buhardilla reconvertida en despacho en la que la luz es un elemento central.
¿Qué tal un escritorio y una estantería fusionados con la pared? Da más sensación de espacio y combina genial con ese suelo de madera rústica. Una caja de madera dada la vuelta sirve de soporte improvisado y fantástico para una cinta.
¿Tienes un espacio minúsculo? Ponle una ventana hasta el suelo y, con unas buenas vistas, tendrás el microdespacho más maravilloso sobre la faz de la tierra.
Usar el alféizar de la ventana como extensión del escritorio es una posibilidad extraña… pero divertida y práctica. Solo ponle un tablón y unas burras delante y tendrás un escritorio pleno de luz natural y en muy poco espacio.
Si lo tuyo es el minimalismo extremo, trata de crear espacios que se fusionan entre ellos. Mismos tonos, mínimos objetos, máxima luz.
Te sorprendería saber que unas paredes desconchadas y un suelo destrozado pueden resucitar con los muebles y elementos adecuados. Antes de pintar ese cuarto en tan mal estado, piénsatelo dos veces.
Si tienes una habitación a dos alturas, adapta tu espacio de trabajo a ella y consigue un efecto diferente e imaginativo. ¡Convierte los defectos de las casas en ideas geniales!
¿Necesitas aún más luz? Si no basta con las ventanas, crea claraboyas en el techo. La luz es obligatoria en los espacios de trabajo minimalistas, como has visto. Transmite serenidad y te ayuda a concentrarte en tu tarea.
¿A qué esperas para crear tu propio espacio de trabajo? Con Reforcan estudiaremos tus necesidades y te daremos a elegir entre los mejores profesionales. Pídenos presupuesto sin compromiso.